Tras el impacto inicial, el obligado ingreso hospitalario y la consiguiente rotura de la rutina familiar comienza una dificil etapa: cuidar y aprender. Los cuidados en en hospital deberían ser mínimos por parte de los familiares. Se supone que estas entre profesionales que velan por estabilizar y explicarnos sobre la enfermedad, pero en nuestro caso lo segundo dejó bastante que desear. A veces me pregunto si soy demasiado exigente, pero es que los hechos no dejan muchas dudas: para empezar, las enfermeras solo entraban para amargar la existencia al pobre niño: una empeñada en que se pinchara en el centro de la yema de los dedos, otra que le quita las galletas del desayuno al niño con una en la boca porque...tiene azucar!, otra que no pierde cinco segundos en explicar donde, como, cuando y porque se tiene que pinchar la insulina o realizar el control capilar... Entiendo que no somos los únicos ingresados del hospital, pero la cosa no cuadra con verlas horas y horas en la habitació
El día que te detectan diabetes no se olvida nunca... sabes, aunque de oídas, que tu vida ya no volverá a ser igual, y cuanto antes lo proceses va a ser mejor para ti y todos los que tienes a tu alrededor. Que no se malinterprete, no es que te vayas a morir, pero sí vas a tener que acostumbrarte a muchas cosas, algunas bastante fastidiosas, si no quieres tener problemas serios en el futuro. En mi caso, fue detectada a mi pequeño Saúl, de 6 años entonces, tras dos noches de idas y venidas continuas al baño y una sed descomunal. Tengo que reconocer que pensé que se debía a una simple infección de orina de esas que oigo de vez en cuando que tiene mi mujer, y que se resuelven solas o con algún antibiótico, porque al preguntarle a Saúl al salir del cole, me decía que todo estaba bien, que no había ido al baño mas de lo normal. Craso error!!! Mi mujer, bastante mas espabilada que yo en estos aspectos, acudió, mosqueada por la situación a la pediatra tras la segunda noche de movimi